El Prendimiento y Neptuno.
Al margen de la popularidad alcanzada por el Cristo de Mena de la que hablaba en la anterior entrada hay que comentar que los malagueños hemos puesto la nota más destacada en los actos cofrades de la JMJ.
Aparte de ser la única ciudad que aportó dos tronos al Vía Crucis (junto con Madrid por razones obvias) los malagueños fueron los únicos en trasladar a sus titulares en la noche del jueves mientras que el resto de cofradías lo hizo de madrugada con la consiguiente escasa expectación cosechada en una ciudad que dormía a esas horas intempestivas, máxime al hacer los traslados en silencio.
El Prendimiento pasa ante el Palace en su traslado.
Por otro lado los malagueños tuvieron el detalle de organizar un pasacalles con su centenaria banda de cornetas y tambores (Bomberos) en la mañana del viernes para animar la visita a todos los pasos en el Paseo de Recoletos.
Los Bomberos pasan tocando por delante del Cristo de Medinaceli.
Por la noche se hicieron notar destacadamente poniendo en la calle los cortejos más extensos de cuantos formaron la procesión magna que añadido al gran número de portadores necesarios para llevar nuestros tronos -Mena incluso llevaba dos turnos- hizo de la representación cofrade malagueña en la JMJ la más nutrida de todas con diferencia.
Para colmar el vaso la infanta Doña Elena fue testigo de excepción de la salida de Mena desde su altar en Recoletos, donde permaneció más de dos horas a la espera, y dio los toques de campana de rigor.
Aparte de ser la única ciudad que aportó dos tronos al Vía Crucis (junto con Madrid por razones obvias) los malagueños fueron los únicos en trasladar a sus titulares en la noche del jueves mientras que el resto de cofradías lo hizo de madrugada con la consiguiente escasa expectación cosechada en una ciudad que dormía a esas horas intempestivas, máxime al hacer los traslados en silencio.
El Prendimiento pasa ante el Palace en su traslado.
Por otro lado los malagueños tuvieron el detalle de organizar un pasacalles con su centenaria banda de cornetas y tambores (Bomberos) en la mañana del viernes para animar la visita a todos los pasos en el Paseo de Recoletos.
Los Bomberos pasan tocando por delante del Cristo de Medinaceli.
Por la noche se hicieron notar destacadamente poniendo en la calle los cortejos más extensos de cuantos formaron la procesión magna que añadido al gran número de portadores necesarios para llevar nuestros tronos -Mena incluso llevaba dos turnos- hizo de la representación cofrade malagueña en la JMJ la más nutrida de todas con diferencia.
Para colmar el vaso la infanta Doña Elena fue testigo de excepción de la salida de Mena desde su altar en Recoletos, donde permaneció más de dos horas a la espera, y dio los toques de campana de rigor.
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