domingo, 21 de diciembre de 2008

Última semana de Adviento.

El tiempo de Adviento

Término: Adviento viene de adventus, -venida, llegada-.

Duración: 4 semanas, abarca cuatro domingos. Comienza el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. El primer domingo puede adelantarse hasta el 27 de Noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, teniendo solo veintiún días. Forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

Partes: Se puede hablar de dos partes del Adviento:

a) desde el primer domingo al día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;
b) desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad.

Color: En la Liturgia en este tiempo es el morado. Se hace una excepción en el tercer domingo (Domingo Gaudete), en el que las vestiduras pueden ser rosa, o de un violeta enriquecido.

Sentido: El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor. El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico

Personajes: Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesia ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

Esquema del Adviento

Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad.

I Domingo
La vigilancia en espera de la venida del Señor.


Durante esta primera semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento". Es importante que nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad. Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar.

Esta semana encenderemos la primera vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

II Domingo
La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista.


Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega". En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado.

Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.

III Domingo
El testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo.


Precisamente la liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?". Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercera semana de Adviento meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó, fomentando la devoción a María rezando el Rosario.

Encendemos como signo de espera gozosa la tercera vela, color rosa, de la Corona de Adviento.

IV Domingo
El anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María.


Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades.

Encendemos la cuarta vela color morada de la Corona de Adviento.

http://www.aciprensa.com/fiestas/Adviento/index.html

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